En el mundo actual, especialmente en startups y empresas en rápido crecimiento, la velocidad parece ser el principal factor de éxito cuando hablamos de productividad. En plataformas como LinkedIn, se promueven "ambientes de trabajo acelerados" como una cualidad positiva. La creencia predominante es que cuanto más rápido trabajes, mejores serán los resultados. Pero, ¿es realmente así? En este artículo, exploramos un enfoque contraintuitivo: cómo ir más despacio puede mejorar tu productividad, ayudarte a lograr más y garantizar un éxito sostenible a largo plazo.
Muchas empresas, especialmente startups, asumen que entregar resultados rápidamente es sinónimo de productividad. Sin embargo, esta obsesión por la velocidad puede ser engañosa. La prisa puede llevar al agotamiento, a la baja calidad en el trabajo y a un crecimiento insostenible.
Un claro ejemplo son los mega-proyectos, que requieren planificación a gran escala. Aunque las empresas intentan completarlos rápidamente, las estadísticas muestran que la mayoría excede tanto los plazos como los presupuestos originales. El 90% de estos proyectos se retrasan, y más del 50% exceden el presupuesto por un 300% o más. Estos datos sugieren que apresurarse no garantiza mejores resultados, sino que puede ser perjudicial a largo plazo.
Si la velocidad no es la solución, ¿cuál es la alternativa? La respuesta es lo que algunos llaman lentificación, o el acto de desacelerar para avanzar más eficientemente. Al tomarte tiempo para planificar y reflexionar, puedes construir una base sólida para el éxito a largo plazo.
Un ejemplo clásico es el caso de Toy Story 2. Pixar intentó acelerar la producción de la película, pero después de 18 meses, se dieron cuenta de que la historia no tenía coherencia. Al final, el equipo tuvo que detenerse, replantear el guion y reconstruir la película desde cero. Este enfoque de ir despacio para asegurar calidad a largo plazo resultó en una película exitosa.
Pixar es conocida por su concepto de Brain Trust, un sistema donde los equipos presentan sus trabajos en progreso y reciben retroalimentación honesta. Este proceso permite identificar problemas antes de que entren en la fase de producción, evitando errores costosos.
Para las startups, adoptar un enfoque similar puede ser transformador. Realizar revisiones periódicas permite ajustar los proyectos con antelación, recopilando diferentes perspectivas y mejorando la calidad final sin apresurarse.
Las startups suelen operar bajo presión para entregar resultados rápidamente. Entonces, ¿cómo pueden permitirse ir despacio? La clave está en la planificación estratégica. No todo el proceso debe ser lento, pero es crucial dedicar tiempo a establecer bases sólidas, como una buena estructura organizativa y un desarrollo de productos escalable.
En el libro Wiring the Winning Organization, se explica cómo establecer procesos escalables para mantener la productividad sin sacrificar la calidad.
Uno de los principios fundamentales para mejorar la productividad es la simplificación. Steve Jobs lo demostró al regresar a Apple y reducir el portafolio de productos en un 50%. Este enfoque permitió que la empresa se concentrara en unos pocos productos extraordinarios, como el iPhone y el Mac.
Eliminar la complejidad innecesaria permite que los equipos se concentren en lo que realmente importa, mejorando la calidad y productividad.
Priorizar: diferenciar entre lo urgente y lo importante
Uno de los mayores retos en la productividad es diferenciar entre lo urgente y lo importante. Las empresas a menudo se enfocan en tareas urgentes, que requieren atención inmediata, mientras descuidan lo importante, como la estrategia a largo plazo.
Un ejemplo notable es Nokia, que se centró en lanzar hardware rápidamente para competir con el iPhone, pero ignoró lo importante: la mejora de la experiencia del usuario. Apple, en cambio, priorizó el software, lo que resultó en la caída de Nokia en el mercado.
Aquí algunos consejos prácticos que puedes implementar en tu equipo o empresa:
En un mundo que glorifica la velocidad, es crucial recordar el valor de desacelerar. Al tomarse el tiempo para pensar y planificar, se pueden construir bases sólidas que garanticen un crecimiento sostenible y exitoso a largo plazo. Al final, ir despacio en los momentos correctos te permitirá moverte más rápido cuando más lo necesites.
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